jueves, 9 de enero de 2014

Dialéctica del amo y esclavo - Hegel - 2 parte

¿Somos libres en nuestro trabajo? ¿El ocio nos esclaviza? ¿Quien construye la cultura?

Definidos ya los roles de Amo y Esclavo continuamos.

El Amo una vez que sometió al Esclavo se siente insatisfecho porque aquel que lo esta reconociendo ya no es un sujeto autónomo. El amo piensa que le esta reconociendo un ser que prefirió dejar de lado su deseo, aquello que le hacia ser humano, por  temor a morir. Le esta reconociendo alguien que, en su pensar, no es humano es su esclavo. Este reconocimiento le es insuficiente al amo y queda paralizado ante esta victoria que sabe a derrota, así que pone al esclavo a trabajar, al hacer esto el amo queda confinado así a la pasividad, al ocio y al goce porque solo recibe lo que el esclavo le da.
El esclavo por su parte trabaja la materia y al hacerlo empieza a construir la Cultura*, la historia pasa así por las manos de esclavo y este encuentra en ella una relación con la materialidad que le es creativa, le es tan creativa que le permite sentirse más humano que el amo.

Hegel demuestra así con un ejercicio de dialéctica excepcional que quien acaba pareciéndose más a un animal que solo tiene relación con las cosas que come (Que solo desea cosas) y es esclavo de su propio ocio es el Amo. El esclavo es el que acaba siendo más un humano (Deseo del deseo) trabajando la materia, creando la cultura y deseando que, en este caso el amo, le reconozca como ser libre, humano y creador de la cultura.
*(La Cultura es el trabajo que ejerce el hombre sobre la naturaleza y sobre la materia a través de la historia)

9 comentarios:

  1. El Albert como lo peta ee! jajajaja

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  2. La veritat es que tot hastó del amo i el esclau es prou curios. Mai meu hauría imaginat de esta manera. A estat bé llegir estos dos articles.

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  3. hahaha gracias, ya tío es lo que tiene la filosofía, nadie le presta atención pero ahí esta pensando por nosotros xDD

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  4. Yo tengo mucos argumentos críticos sobre la filosofía tales como que...
    Desde la mística oriental, que la vía es el no-pensamiento.
    Desde alguna forma de cristianismo, que lo que importa es la fe en Dios y Jesucristo. Desde el cientismo, que la ciencia se ha comido el campo de la filosofía por lo que ya es inútil.

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    1. La filosofía oriental del no-pensamiento me gusta mucho, porque intenta conseguir que el ser humano, que es el único ser que se proyecta a el mismo en el futuro deje de hacerlo, deje de ser un ser para si y convertirse en un ser en si, sin pensamiento de proyección.. Ser solo materia en movimiento, que es científicamente lo que somos. Respondiendo al cientismo, es algo necesario para el conocimiento común y general de la razón pero hay comportamientos humanos que la ciencia no puede explicar, para ello hay que tener conocimientos de psicología y filosofía histórica que ayuda también a tener una cultura común y general igual de importante en mi opinión.

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  5. Dos ideas de la filosofía ....

    Pro y contra la filosofía de la filosofía...

    No hay inconciliabilidad entre una fenomenología de la filosofía y la definición de ésta como confesión personal. La fenomenología de la filosofía puede descubrir precisamente que la esencia de la filosofía es ser confesión personal. El concepto de confesión personal puede ser, es un concepto esencial y por ende tan susceptible de fenomenología como cualquier otro análogo: la «confesión personal» es un eidos. Y este eidos puede, tiene que ser descrito a base de un caso particular, empírico, que aquí es, tiene que ser, por la naturaleza [77] misma de las cosas, un caso personal.

    En fin, Husserl, que define y practica la filosofía como fenomenología, por una omisión e inconsecuencia, no insólita ni extraña en la historia de la filosofía -los filósofos han dejado a veces lo fundamental de su pensamiento, por ser precisamente lo fundamental menos patente para cada uno de ellos, a sus continuadores, a la historia ulterior de la filosofía, que así es como se desarrolla históricamente- se ha contentado con esta definición, sin haber hecho una expresa y rigurosa fenomenología de la filosofía. Acaso, de haberla hecho, hubiera concluido que este fenómeno humano que es la filosofía, es confesión personal.

    Y si la filosofía es por esencia esto, claro está que no puede practicarse, ni se practica, efectivamente, sino como tal, aun cuando pueda creerse hacerlo en otra forma...

    En todo caso, pregunto:

    1º Los filósofos ¿han reflexionado o no sobre la filosofía? Si lo han hecho, esta reflexión sobre la filosofía, ¿es o no a su vez filosofía?

    Si dice V. que lo es, decir que la reflexión sobre la filosofía es filosofía, ¿es o no es decir que es filosofía sobre la filosofía? [78]

    Si dice V. que es filosofía a secas, ¿cómo llamaría V. a esta reflexión filosófica sobre la filosofía para distinguirla de la «reflexión» filosófica sobre lo que no es la filosofía?

    2º La definición de la filosofía, ¿es o no filosofía?

    Si es filosofía, esto es, si es parte de la filosofía, ¿cómo la llamaría V. para distinguirla en el seno de la filosofía, que también ella es, de las otras partes, de la filosofía de la naturaleza, de la historia, etc.?

    3º La Historia de la Filosofía, ¿es o no filosofía?

    Si dice V. que lo es, decir que la Historia de la Filosofía es filosofía ¿es o no decir que es filosofía de la filosofía?

    4º La psicología ¿es o no filosofía?

    Si lo es, la psicología del filósofo ¿es o no filosofía?

    Si dice V. que lo es, decir que la psicología del filósofo es filosofía, ¿es o no es decir que es filosofía del filósofo?

    Si dice usted que es filosofía a secas, ¿cómo la llamaría usted para distinguirla de la filosofía de lo que no es el filósofo?

    5º La fenomenología de la filosofía y del filósofo, ¿es o no filosofía?

    Si dice V. que lo es, decir que la fenomenología [79] de la filosofía y del filósofo es filosofía, ¿es o no decir que es filosofía de la filosofía y del filósofo?

    Si dice V. que es filosofía a secas, ¿cómo la llamaría usted para distinguirla de la filosofía -fenomenología- de lo que no es la filosofía ni el filósofo?

    Pero las enseñanzas de la Historia de la Filosofía me mueven a admitir la posibilidad, y hasta la probabilidad, de que sea yo el equivocado y V. quien esté en lo cierto. La verdad es por debajo del concepto lógico, un concepto ético, muy próximo al escolástico de la ignorancia invencible y al cristiano de la tranquilidad de conciencia- hechos todos los esfuerzos para alcanzar la verdad y ser veraz consigo y con los demás -uno de tantos temas que no cupieron en las conferencias, aunque tratados ya en cátedra por mí.

    Espero y celebraré mucho que V. tome estas observaciones como yo he tomado su folleto: como un diálogo -lo menos filosófico posible, esto es, no impulsado por el afán de imposición, sino inspirado por el histórico de compenetración efusiva. Me permito recordar a V. lo que en una de las conferencias apunté sobre la teoría y la historia.

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